ENCENDER UNA VELA Y ENFRENTARSE A LA LLUVIA
Amigo,
cientos de astros
y ninguno resistió
la exacta dimensión de tu mirada.
En la profunda desolación
de tus huesos
sembré el reloj sin tiempo,
y tu ausencia
cayó sobre nosotros,
rompiendo los hilos
de la marioneta
que llamamos alma.
Beberé lo que quede
de tu presencia
y en cada hospital
inventaré una excusa
para buscarte,
aunque sepa
que no hay retorno
al final del pasillo,
porque aquí en el Perú,
compañero mío,
vivir y soñar
es encender una vela
y enfrentarse a la lluvia.
EL OTRO
Con los meses
esta casa
ha olvidado tu voz,
tu figura de nostalgia
atada a un paso
que ya no tiene sombra.
Sobre ti mismo edificaste una herida
y tus ojos
nunca percibieron el tiempo,
aquel estrecho margen
por donde siempre pasabas
sin despedir a nadie.
Y la verdad es que nada te detuvo.
Ya nada podía detenerte
Las paredes dejaron de nombrarte,
y solo entonces tu soledad
dejó de ser
un enorme cuerpo devastado.
Ahora,
son otras calles las que aguardan tu regreso,
es otro el mar que te señala,
y es otro
el hombre que te habita.
VOZ Y MUERTE
Tu voz existe.
-Juan Gonzalo Rose
Mi voz
es un recinto
para la soledad.
A veces sirve
para levantar a un hombre
desde el polvo
y decirle
que hay un lugar en el camino
para recordarlo.
Mi voz suele confundirse
entre las moscas,
aniquilar un beso,
sostener su sombra,
sentarse a descubrir su sexo
o solo ser una extremidad
que nació en las olas.
Tengo mi voz en los bolsillos
pero nunca en la garganta,
la tengo en el estómago,
entre las manos, sobre mi espalda,
sobre mi muerte,
y jamás llega a mi casa.
¿Qué hacer con esta voz
que no respira
y que dejó mi cuerpo?
¿Qué hacer con este hombre
que olvidó su rostro
por buscar su voz?
Gian Pierre Codarlupo Alvarado (Paita, Piura, 1997). Estudiante de Lengua y Literatura en la Universidad Nacional de Piura. Integra la Asociación Artística Paita (ASAP) y el Círculo Literario “Tertulia Cero”.
Tiene los avances poéticos Bajo el delirio y el olvido y la plaqueta Un minuto para el exilio. En mayo de 2017 obtuvo el Primer Premio en el II Concurso Nacional de Cuento y Poesía “Huauco de Oro”, en Sucre, Celendín, Cajamarca.
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