11 sept 2017

Poesía Contemporánea: Danith Lucio Urango Tuiran (Colombia)




RIMBAUD

De qué infierno vienes esta noche
Has andado caminos de espinas
Buscando otra vez la poesía.
De un tiempo oscuro
A otro tiempo claro llegas
Para que resucite el verso.

Con el rostro fresco
Con una juventud radiante,
Desde Charleville con dieciocho años
De existencia terrestre
Y con la edad frenética del sol.

En tu barco ebrio me llevarás
A navegar por el mar de tus iluminaciones
En donde me darás tus secretos                                                         
De mago de la palabra de fuego
Para que esta noche me encienda
Y me sumerja en la tranquilidad
De tu bien y de tu mal.

Criatura pequeña,
Demonio poético,
Ángel radiante del sol,
Ángel plateado de la luna,
Ángel de la noche prohibida
Sumérgeme en tu cielo,
Enséñame a pronunciar tus  vocales
Para tener un inmenso vuelo
Por el cenit poético.

Dios caído a edad temprana
Que dio la verdadera sabiduría
Que mostró la luz de la poesía
Porque la poesía no es aire
La poesía no es tierra                                                                            
La poesía es un eterno fuego
Que brota de los dioses caídos.
Esta noche la belleza
Que se  sentó en tus rodillas
Se sentará sobre las mías
Y me dará el beso de la armonía.

En esta noche con tu Ofelia flotando
Como la cándida musa, con sus senos ávidos,
Su canto, su vida y su muerte
Fatigada excesiva por la pasión
Y me la entregarás para que apague 
En tu más alta torre el fuego que me consume.

Dame el veneno que no mata
Para comprender más tú historia
Y asimilar tu vida más allá de la razón.

A medida que el nocturno se encienda
Me mostrarás como te brotó el canto del infierno,                       
Abrirás la recama de tu dulce desliz
Y me marcarás con tus  sellos
Y tu fuego arderá sobre mi fuego
Y tu agua me calmará la sed.

Oh Rimbaud, Rimbaud
Todavía la musa llora por el fuego poético
Que rompiste contra el templo del universo
Porque dejabas  la luz por las sombras,
Bajo la luna desordenada caminaremos
Por los infinitos senderos
Rumbo al mismo infierno tuyo
Buscando la puerta hacia el cielo.


MANZANA NUEVE LOTE CUATRO

En una línea no simétrica,
por donde los paralelos no pasan
ni los meridianos confluyen
está mi casa
en la manzana sin posibilidades
y con un número negativo cerrado.

Me trajeron a esta morada
me amarraron con libertades
que me frenan cruzar
la línea de los límites comunes.

Aquí se han fraguado tres lustros
y un poco más de mi existencia oscura,
he sembrado frutos para el mañana,
he soñado otras cosas no logradas.

Se enraízan en la tierra las paredes.
Un lebrel las cuida,
un gato amarillo alegre
que de tanto pintarlo de negro perdió su magia.

Nunca hay un pájaro enjaulado.
Dejo que el viento cante en las cortinas
Y juegue en los asientos.

No pinto de negro sus mañanas
ni quito las estrellas de su noche.
En ella gira el mundo sin cesar
Y hay siempre un constante tic tac.
Sé por qué lado le sale el sol
y en qué lado tiene el mar.
No cierro las puertas nunca
ni las abro mucho tampoco.

La luz la engalana toda,
no hay sombra sobre la luz
ni oscuro sobre lo oscuro
pero hay una sombra
a la que no le conozco el rostro.

En la manzana nueve y lote cuatro
he muerto y nacido muchas veces.


Danith Lucio Urango Tuiran.  Poeta desde hace 40 años. Ha escrito 24 libros, de los cuales 10 están publicados. Reside en la ciudad de Montería, Córdoba, Colombia.


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